El nuevo Gobierno

La década ganada de Cornejo y Suarez y las dudas sobre el futuro de Mendoza

Cambia Mendoza llevará tres mandatos consecutivos. Tres gobernaciones, dos gobernadores. Alfredo Cornejo aún no explica cómo será su gestión ni con quién la hará. Las dudas por el contexto nacional.

Pablo Icardi
Pablo Icardi domingo, 3 de diciembre de 2023 · 13:06 hs
La década ganada de Cornejo y Suarez y las dudas sobre el futuro de Mendoza
Alfredo Cornejo y Rodolfo Suarez, los abanderados de la "década ganada" de Cambia Mendoza. Foto: ALF PONCE MERCADO / MDZ

La política de Mendoza tendrá su “década ganada”. Al oficialismo no le gusta la comparación, pero la dinámica de Cambia Mendoza es comparable al extinto Frente para la Victoria a nivel nacional, que ostentó el poder de manera continua entre 2003 y 2015, con tres presidencias y dos presidentes: Néstor y Cristina Kirchner. En Mendoza, los radicales que lideran la alianza oficialista también tendrán su período de oro con 12 años en el poder garantizados. Tres mandatos, dos gobernadores.  

Las gestiones de Rodolfo Suarez y Alfredo Cornejo se dan en un marco de tal comodidad en el poder que obviaron dar cuentas de la transición, del estado de situación y, menos aún, de generar expectativa sobre el nuevo gobierno. La situación dada es que “no hay nuevo gobierno”, porque es una continuidad. A una semana del cambio de mando, Alfredo Cornejo no dio detalles personalmente sobre su plan, su equipo y el horizonte que se imagina.

Como ya adelantó MDZ, hay algunos esbozos, pero por ahora el senador y gobernador electo no ha respondido la principal duda sobre su nuevo gobierno: qué puede hacer distinto tras haber sido gobernador y mantener el poder durante 8 años.

Habrá foco en educación (que será un área reforzada con otras dependencias), en seguridad y una nueva estructura de Gobierno; con el mismo equipo. También un cuidado particular en los recursos propios que tendrá la Provincia a disposición, tanto los ahorros en inversiones financieras y nada menos que 1.023 millones de dólares para inversión en infraestructura.

Un Estado “corto”, con una gestión “presente”. La realidad de Mendoza es compleja y Cornejo lo sabe. Aunque la ciudadanía votó ampliamente por un modelo de recorte de la inversión pública, paradójicamente habrá más demanda de servicios y asistencia. Las escuelas públicas ya tienen más presión por bancos por la migración desde las escuelas de gestión privada. Los efectores de salud pública también atienden a personas que pierden cobertura privada o cuyas obras sociales no pueden responder a las prácticas.

El huracán Milei

Tras ser electo, o reelecto, como Gobernador, la realidad nacional le pasó por encima a Cornejo y a Mendoza, algo que ocurre en todas las provincias. Al parecer no hubo tiempo de concentrarse en “el pago chico”. Menos para los dirigentes de la casi extinta alianza Juntos por el Cambio, que vieron en vivo y directo cómo se deshacía la estructura que hace poco creían que gobernaría la Argentina. El líder de Cambia Mendoza estuvo más concentrado en las reuniones internas de JxC que en el armado de su nueva gestión. Obedientes y temerosos, en su entorno emulan el mismo modelo de obediencia y espera al que ya se acostumbraron desde hace 8 años: solo decide y comunica uno.

No hay sorpresa, pues el propio gobernador electo avisó que su intención era ser influyente a nivel nacional. Esa premisa tiene una doble entrada: se puede ser influyente a nivel nacional para capitalizarlo a nivel personal o para lograr algo mejor para la Provincia. Hay sobrados ejemplos de la primera hipótesis, pues Mendoza supo y sabe exportar dirigentes, pero le ha ido pésimo en el lobby nacional. En los últimos años tuvo desde un vicepresidente, hasta “panelistas” estrella de programas político en prime time, pero el lobby mendocino no existe. Por eso es la provincia más perjudicada en la asignación de recursos no automáticos, también en la construcción de viviendas y en casi cualquier indicador que se mire. Salvo Rodolfo Suarez, todos los gobernadores tuvieron obsecuencia con el presidente de turno, sin que haya réditos importantes. Solo uno: el convenio firmado entre Cornejo y Macri para que la Nación le devuelva a Mendoza 1023 millones de dólares por los perjuicios de la promoción industrial.

Pero más allá de las ambiciones personales, la atención sobre la realidad nacional será una constante. Aún antes de asumir, Javier Milei ratificó la política de “captación” de recursos que son de las provincias en beneficio del poder central. Es lo que hizo Sergio Massa al impulsar los cambios en el impuesto a las ganancias, medida que perjudicó fuertemente a todos los distritos. Milei pregona que no habrá fondos para las provincias. Él habla de la distribución, pero en realidad la Nación concentra recursos que no le son propios. Si continúa esa línea, además de Casa Rosada, los gobernadores visitarán frecuentemente Tribunales.

La estructura elegida para presionar sobre la Nación es la “liga de gobernadores”, un grupo que trata de mantenerse sólido en medio del caos que es Juntos por el Cambio. Incluso, esos 10 mandatarios han tenido posiciones comunes con sus pares del peronismo. A todos los puede unir “el espanto” de quedarse sin recursos. Por ahora en JxC, con Cornejo como uno de los líderes, optan por obviar una palabra calve: oposición. Incluso con maniobras semánticas y morfológicas complejas, en los comunicados esquivan la senda para pararse frente a Milei y, en cambio, mostrar un puente de colaboración. Eso, a pesar del temor que genera y la flaqueza política que le ven al presidente electo. 

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