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Lo que nadie te contó del Cu-Cú, el reloj que hizo famoso a Carlos Paz

Lo construyó un alemán a pedido de unos vecinos que pretendían poner en valor el sector donde vivían. El pájaro sufrió varios hechos de vandalismo y hasta lo robaron en distintas oportunidades. Es custodiado por el fotógrafo Domingo Falcón, quien trabaja en la plazoleta donde se levanta la estructura.

Mario Sar y Evangelina Bustamente viernes, 7 de enero de 2022 · 12:36 hs
Lo que nadie te contó del Cu-Cú, el reloj que hizo famoso a Carlos Paz
El reloj es uno de los íconos de la ciudad turística de Carlos Paz

El reloj Cu-Cú, ubicado en calle Sarmiento y la intersección de Cassafousth, fue inaugurado el 25 de mayo de 1958 y se convirtió indudablemente en el icono de Carlos Paz. En toda su historia, el pájaro fue noticia a nivel nacional, ya que sufrió todo tipo de hechos vandálicos. 

El constructor fue el ingeniero alemán Carl-Hans Plock, que había llegado a la Argentina después de la Segunda Guerra Mundial y estaba viviendo en Carlos Paz. Años antes de concretar esta obra, fundó junto Ulrich Schnaack, otro compatriota y colega recién llegado a trabajar a la fábrica militar de aviones, una empresa de relojes Cu Cú

reloj Cu-Cú Córdoba
El famoso reloj de Carlos Paz fue inaugurado en 1958.

Los conocimientos necesarios los traía de su época juvenil de Neumenhar. El primer reloj salió de la fábrica el 7 de Abril de l952, y siguieron miles de ellos. Con el tiempo el pequeño taller se transformó en una fábrica en la que llegaron a tener 35 empleados. 

En 1957 Carlos Gasser, quien formaba parte del centro vecinal de Villa del Lago, le preguntó a Plock si se animaba a construir un reloj Cu Cú de grandes dimensiones, y sin pensarlo aceptó el desafío.

“No lo pensé demasiado y accedí realizando los proyectos y bosquejos con su desarrollo final. Como apoyo (zócalo) pensé en una especie de pirámide sin punta, sobre la cual apoyaba la casita con su esfera de números. En total tendría una altura de 7,50 metros. Lamentablemente no conocía (si es que había alguno) un reloj de tamaño semejante, sino todo hubiera sido más fácil, incluso hacerlo más alto”, fue lo que dijo en aquel entonces Plock.

El historiador carlospacense, Eldor Bertorello, cuenta que la construcción se basó en un esqueleto de hormigón armado que sirvió para apoyar los ladrillos, que luego fueron cubiertos con piedra laja. La casita fue revestida íntegramente de madera y el techo con tejas, los tallados fueron hechos por el italiano Mario L. Casolla de Sestrieri. Toda la maquinaria se construyó en el taller de Plock.

Hace 63 años, nadie se imaginaba que esa obra se convertiría en el emblema de Carlos Paz. Su inauguración quedó plasmada en periódicos y revistas del país, e incluso la Life de Nueva York, publicó una página especial.

Desde aquel entonces, el Cu- Cú es el paso obligado de los turistas para sacarse una fotografía cuando el pájaro sale a cantar. 

“Como Buenos Aires tiene el obelisco, Paris la torre, nosotros tenemos el Cu Cú”, destacó Bertorello, quien agregó que la idea surgió porque los vecinos de la zona donde está emplazado”, no tenían nada porque todo sucedía en el centro y por eso se lo pidieron”. 

Para el historiador, el pájaro es el tercer emblema de Carlos Paz, ya que el primero fue el Cerro de La Cruz y el segundo, el Complejo Aerosilla. Sin embargo, sigue juntando “muchísima gente cada media hora y una; sin lugar a dudas, es lo más fotografiado, aunque tiene un nuevo rival que es el puente colgante del Centenario, pero igualmente le sigue ganando”.

reloj Cu-cú
El Cu-Cú atrae a todos los turistas que llegan hasta este destino.

El lastimado Cu-cú

A pocos días de su inauguración, se produjo un intento de incendio y luego fue atacado a balazos por un grupo de trasnochados. Desde ese entonces, sucedieron cientos de anécdotas hasta que las travesuras y daños mayores, finalmente llegaron con los robos y el vandalismo. 

Noticieros y diarios de toda la nación contaban los hechos y algunos de ellos, se prestaban para el humor y todo tipo de titulares.  

 El 2 de octubre de 1996 se robaron el pájaro y nunca se supo quien fue. Pero no fue la única vez que se lo llevaron. La última vez que ocurrió, los restauradores le dieron otro toque, y lo pintaron con los colores del ejemplar femenino, y pasó a denominarse “la Cucusa”. 

En cada Copa del Mundo que juega Argentina, la visten con los colores celeste y blanco y hasta tuvo barbijo en esta pandemia. 

Su guardián de toda la vida durante el horario diurno, es Domingo Falcón, quien se dedicó desde más de 60 años a ofrecer fotografía a los turistas. Pero la llegada de los celulares y la posibilidad que tiene la gente de tomarse fotos, hizo que el trabajo de don Falcón disminuyera considerablemente.  A pesar de eso, él junto a su empleado lo siguen cuidando. 

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