Una particular historia

En las sierras de Córdoba, una familia restauró un Castillo para convertirlo en un hotel

Se encuentra en Valle Hermoso (Punilla) y ofrece una diversidad de actividades desde artísticas hasta deportivas, además de brindar capacitaciones por el modelo de gestión que crearon. Recibió innumerables premios.

Mario Sar - Evangelina Bustamante lunes, 24 de enero de 2022 · 09:52 hs
En las sierras de Córdoba, una familia restauró un Castillo para convertirlo en un hotel
Una familia en el 2002 decidió comprar las ruinas de un castillo del siglo XIX

La familia Fábrega Obregón,  conformada por el padre Raúl, la mamá Susana y sus hijos adultos Adriana, Edgardo y Fabián, en el 2002 decidieron comprar las ruinas de un castillo del siglo XIX, ubicado en Valle Hermoso.

La intención fue restaurarlo y convertirlo en un hotel de cinco estrellas con varias particularidades que lo postulan como especial y único. 

Castillo Córdoba
El hotel cinco estrellas se encuentra en Valle Hermoso.

No hay televisores, ni frigobares en habitaciones, tampoco teléfonos con salida externa, ascensores, tubos fluorescentes, alfombras o empapelados sintéticos y cables 1kw interiores. El objetivo de esta determinación, es eliminar las radiaciones electromagnéticas, la contaminación lumínica, auditiva y ambiental, con la intención de beneficiar la salud de los huéspedes y disminuir el consumo energético.

córdoba
Las habitaciones no tienen televisores ni frigobares.

Toda el agua del Castillo se abastase de una vertiente mineral que se obtiene por una bomba de 2kw de potencia, ubicada a 65 metros de profundidad. Por lo tanto, de las canillas sale este tipo de agua, que también se usa para las piletas.

Entre otras cuestiones especiales, se destaca la tarifa: solo hay dos valores, para menores y adultos. No hay descuentos, ni promociones ni diferencias por temporada, ni cambios por tipo de habitación. Estas dos únicas tarifas, incluyen todos los servicios, desde el alojamiento, comidas, bebidas, salones equipados y esparcimiento. 

El uso de las instalaciones es exclusivo, ya que cuando se implementa un programa familiar que tiene el hotel, no se recibe a organizaciones ni instituciones. Los hermanos contaron que tres veces al año llevan a cabo esta opción, “donde se puede hacer todo esto, es inspirador, y el adulto puede relajarse, conectarse con el deporte y el arte y las relaciones interpersonales y los niños dan rienda suelta a su ser”.

También opera como un centro de trabajo y capacitación para empresas, donde desarrollan sus propios programas que combinan información científica y actividades artísticas.

Desde el 2006, el hotel “es especialista en turismo de eventos corporativos y programa de capacitación”. 

“Lo más difícil para la familia, fue incorporar al conjunto de servicios, la parte académica”, destacaron y remarcaron que fue lo último que se dio en este aspecto. “Se diseñaron programas de capacitación para empresas, donde explicamos nuestro modelo de gestión en algunas Universidades”. 

Para los Fábrega Obregón, el Castillo Hotel, representa la culminación de una formación holística que llevaron sus integrantes a lo largo de sus vidas a través de los estudios especializados que fueron concretando cada uno de ellos.  

Un hotel con mucha historia

Fue construido en 1870 como casco principal de la Estancia Las Playas. A principios del siglo XX, se amplió conservando su estilo con torres y muros almenados, en la vera del camino del cuadrado en Valle Hermoso. 

Adriana, Edgardo y Fabián Fábrega, fundadores del Castillo junto a sus padres, resaltaron que fueron cinco años de un “trabajo brutal, algo fantasmagórico, ya que hacia varios años que estaba jaqueado. Por ejemplo encontramos las arañas del castillo en una de las torres”. 

Y siguieron contando la historia: “Nos sentimos obligados a restaurarlo y a pensar cómo había sido en sus orígenes.  La idea era combinar todo eso en el Castillo, y pensamos que tal vez lo más fácil era un lugar para hacer deporte, ya que tenía piscina semi olímpica, lo cual es muy extraño en un hotel por lo difícil que es mantenerla”. 

Castillo Córdoba
Desde el 2006, el hotel “es especialista en turismo de eventos corporativos y programa de capacitación”.

También se construyó una cancha de tenis, que es el deporte heredado de su padre. 

En el Castillo Hotel Fábrega, se puede encontrar una diversidad de elementos y espacios, como  un ajedrez gigante, trajes medievales, objetos antiguos combinados con estilo artístico. La decoración del lugar, estuvo a cargo de la madre e hija, ya que además de las profesiones de Ciencias Económicas, son artistas plásticas. Se pueden encontrar más 200 obras artísticas realizadas por ellas mismas. 

La idea de la familia, según contaron, fue recrear “la casa donde crecimos”. Por eso armaron una sala de ensayo, “donde pusimos todos los instrumentos nuestros y equipamiento profesional a disposición del huésped, para tocar con ellos y dictar talleres también”. 

Para los hermanos, el hotel conlleva muchos de sus sueños y dijeron: “Es nuestro taller, hogar, nuestro ámbito, y espacio para desarrollar lo que somos y compartir con el equipo de trabajo y los huéspedes que nos visitan. Caminar por él, es hacerlo en una obra de arte. Además, se mezcla lo antiguo con la última tecnología”.

Castillo Córdoba

Los detalles

Luego de comprarlo, y empezar con la planificación de su restauración, “comenzamos a caminar y a inspeccionar cómo eran los sistemas de agua, de calefacción, la vertiente de agua mineral, ya que se construyó allí en su época porque tenía esa fuente, además de estar en un clima apto para curar enfermedades respiratorias”. 

Lograron por ejemplo mezclar energías convencionales y renovables, “y que el Castillo consuma tres veces menos de energía. Mantenemos una iluminación cálida y el contacto con la naturaleza a través de los ventanales y pasillos por los que se puede caminar”. 

Tiene 36 habitaciones que se pueden transformar hasta “en 45, porque muchas veces son suites, conformadas por tres espacios, son dimensiones surrealistas”, contaron por último. 

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