Cómo elegir bien un vino en un restaurante

Es muy fácil caer en errores en un almuerzo o una cena en un restaurante. Y si sos el encargado de elegir el vino, acá te sugerimos algunas cuestiones que generalmente no fallan y que te evitarán un mal rato.

• En primer lugar, antes de pedir la carta de vinos debemos pensar en el presupuesto que tenemos para ese momento. No es igual andar liberado para gastar lo que se quiera, que pensar en vinos de $800 pesos, por ejemplo. Además saber cuántas botellas se van a tomar, según los comensales. 
• Es muy conveniente preguntar por el gusto de los comensales y comenzar un consenso para que todos más o menos se encuentren cómodos. 

• Siempre tener en cuenta una de las máximas. Ni el vino más barato de la carta es el peor, ni el más caro es el mejor.
• No ser obsesivos con los maridajes. El blanco con el pescado y el tinto con la carne es muy retrógrado. 
• Cuando se trata de menú de pasos, sobre todo en las bodegas, se suele sugerir el maridaje. Y en muchas ocasiones se hace muy pesado. Si hay flexibilidad en la propuesta, es importante elegir un tipo de vino para la mayor parte de la experiencia. 
• Habrán escuchado que los vinos tintos se toman a temperatura ambiente. Bueno es una idea bastante mala, porque si está caliente, va a sobresalir el alcohol.
• Prestar atención a las copas. Si vas a invertir en un vino y las copas son de mala calidad y poco cuidadas, negate a usarlas. Arruinan toda la experiencia. 
• Si la persona que está en el servicio te ofrece un “gran vino”, no tengas dudas en preguntar el precio. Luego la sorpresa puede ser desagradable.
• Siempre la botella tiene que estar a la vista, para ver cuánto líquido le queda. No vaya a ser que en medio de un plato nos quedemos sin vino. 

Hay que tratar de ir a lo seguro, al menos que los comensales quieran vivir una aventura a la hora de probar. Ir a esos lugares seguros te garantiza que todo va estar bastante estable.