Presupuesto familiar

Inflación: las ventajas del método Kakebo o cómo ahorrar a la japonesa

Un ya centenario método nipón sigue ganando adeptos en todo el mundo desde el advenimiento del aumento generalizado de precios a nivel global. ¿Cuáles son las claves?

Jorge Herrera
Jorge Herrera martes, 13 de febrero de 2024 · 07:44 hs
Inflación: las ventajas del método Kakebo o cómo ahorrar a la japonesa
La planificación de ingresos y gastos es clave para ordenar las prioridades y alcanzar las metas de ahorro. Foto: Freepik

Hay una vasta literatura de “autoayuda”, de “sanos consejos” e incluso académica, que incluye por ejemplo los libros de la senadora demócrata por Massachusetts y excandidata presidencial, Elizabeth Warren, junto a su hija, que son una guía para las finanzas personales que brinda una nueva perspectiva de pensar y administrar el presupuesto familiar con el fin de tener paz emocional y bienestar financiero.

En estos últimos turbulentos años, en los que la inflación volvió al tapete en el mundo, revivió el interés por estos temas y en particular sobre una metodología japonesa de principios del siglo 20, el famoso Kakebo. Ahora veamos qué es y de qué se trata.

Desde siempre el país del sol naciente fascinó a Occidente por sus particulares puntos de vista, donde lo antiguo (samuráis o geishas) convive con lo nuevo (el manga o el animé), y sobre todo, por su manera de afrontar los problemas o, simplemente, ver la vida. 

El Kabebo es otro concepto que, sin dudas, describe muy bien el carácter japonés y en especial el arte de ahorrar dinero

Anotar cada ingreso y cada gasto permite ver dónde se puede ahorrar en un gasto evitable.

Hablemos primero de su creadora. Fue una periodista, escritora y pedagoga japonesa, Hani Motoko, nacida en una antigua familia samurái a fines del siglo 19. El Kakebo, que se traduce como “libro de cuentas para la economía doméstica”, va más allá de un simple registro de contabilidad. Esta técnica, popularizada por Motoko en 1904, busca promover una conciencia financiera y una planificación cuidadosa de los gastos cotidianos.

¿Qué es el Kakebo?

La idea es simple, ayudar a comprender la relación personal con el dinero, manteniendo un registro de todo lo que entra y sale. Al ser un método tan antiguo, no requiere de ninguna aplicación u hoja de Excel. Es más, enfatiza la importancia de escribir en papel los gastos, como una forma de meditar y procesar los hábitos.

Vale señalar que hay investigaciones que demuestran los beneficios de la escritura a mano, incluso frente a la computadora, y eso puede ayudar a la familia a realizar cambios positivos, alentarla a ser más consciente y a reconocer el factor desencadenante de los malos hábitos. Claro que nada es fácil. La rutina de gasto está profundamente enraizada en la vida cotidiana, y esto incluye un aspecto emocional difícil de aislar.

Una de las claves del Kakebo es la aplicación de la regla 50-30-20, que divide los ingresos mensuales en tres categorías: el 50% necesidades básicas, el 30% gastos prescindibles y el 20% ahorro.

El método Kakebo consiste en registrar concienzudamente los ingresos y gastos mensuales en una libreta de cuentas, estableciendo metas financieras alcanzables. Los gastos se categorizan en áreas como consumo, ocio, cultura y extras, lo que permite identificar áreas de gasto excesivo y reducir el consumo impulsivo. A diferencia de otros enfoques más complejos de gestión financiera, el Kakebo se basa en principios simples que son fáciles de entender y aplicar en la vida cotidiana. 

Los “kakeberos”, por llamar de alguna manera a quienes utilizan este método, suelen tomar el tiempo para analizar sus hábitos de gasto, identificar áreas de mejora y establecer metas financieras realistas. Al registrar diariamente los gastos y realizar un balance semanal, las familias pueden evaluar su progreso hacia las metas de ahorro y ajustar su comportamiento financiero según sea necesario.

El método Kakebo fue pensado para hacerlo con papel y lápiz pero también se pueden llevar los registros en la computadora.

Al respecto, una de las claves del Kakebo es la aplicación de la regla 50-30-20, que divide los ingresos mensuales en tres categorías: el 50% necesidades básicas, el 30% gastos prescindibles y el 20% ahorro. Esta regla proporciona un esquema simple pero efectivo para gestionar los ingresos y fomentar el ahorro a largo plazo. 

¿Cómo aplicar la regla? Warren introdujo en su libro All Your Worth: The Ultimate Lifetime Money Plan, algunos tips como dividir los ingresos netos mensuales en las tres categorías: el 50% para necesidades básicas (por ejemplo, alquiler, suministros, alimentación, transporte y educación de los hijos), el 30% para gastos prescindibles (por ejemplo, cenas fuera de casa, viajes, suscripciones a servicios) y el 20% restante para el ahorro.

Cabe destacar que al igual que con cualquier método de ahorro la clave del éxito con el Kakebo es la constancia y la disciplina, ya que si bien es efectivo requiere dedicación y compromiso por parte de la familia. Registrar cada gasto al menos una vez por semana puede ser un hábito desafiante de mantener, pero los beneficios a largo plazo de tener un control financiero sólido hacen que el esfuerzo valga la pena.

La creciente popularidad del método Kakebo se debe quizás a la reaparición del fenómeno inflacionario en el mundo entero tras la pandemia y demás crisis como la guerra en Ucrania. Las personas toman conciencia de sus hábitos de gasto y establecen metas financieras claras como una forma efectiva de hacer frente a los desafíos económicos actuales y tener un futuro financiero más estable.

Las claves

Entonces, el punto es tomar nota en una agenda del dinero que ingresa al mes y restarle los gastos fijos estimados para ese período. Es importante establecer metas para conseguir el objetivo financiero (en general, ahorrar una cantidad determinada). Cada gasto queda agrupado en su respectiva categoría, desde los factores que tienen que ver con la supervivencia (alimentación, agua, luz), el ocio (cenas, deporte), o la cultura (libros, clases).

La fórmula 50/30/20, contempla gastos básicos, prescindibles y ahorro.

Para ello, es buena idea hacerse algunas preguntas necesarias cuando se quiere adquirir un bien o servicio, como por ejemplo ¿se puede vivir sin eso?, ¿podemos pagarlo?, ¿lo usaremos realmente?, ¿tenemos espacio para ello?, ¿cuál es el estado emocional hoy?, o ¿cómo nos sentimos al comprarlo?

Al comenzar cada mes hay que sentarse a pensar qué cantidad de dinero hay para gastar, cuánto se quiere ahorrar y qué se necesita para lograr esas metas. Así cada día se van sumando los gastos y al final de la semana se ve cómo se van alineando esos gastos y ganancias con las metas de ahorro o por lo menos mejorar la defensa contra la inflación.

Queda claro que la filosofía detrás del uso del Kakebo es poner el énfasis en las cosas de las que no se puede prescindir y aprender a deshacerse de aquellas que no son un gasto elemental, lo que permite distinguir entre necesidades y deseos, e impulsa a tomar decisiones financieras más inteligentes. Así se puede reflexionar mejor sobre los gastos y prioridades financieras, lo que ayuda a tomar decisiones más conscientes en el futuro. 

En economías como la argentina, inflacionarias y en recesión, suena ficticio el Kakebo pero puede ser una herramienta útil para saber dónde se está parado y prepararse para planificar lo que viene.

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