Cepo a los vuelos

Por qué anticipan que va a ser más difícil viajar al exterior en 2022

El año terminará con menor actividad aérea que el 2020, pese a haber tenido los cielos cerrados durante meses. El volumen de operaciones entre enero y mediados de marzo del año pasado, antes de que se declarara la pandemia, alcanza para superar la actividad del 2021. Mal pronósticos para 2022

Horacio Alonso
Horacio Alonso miércoles, 8 de diciembre de 2021 · 09:00 hs
Por qué anticipan que va a ser más difícil viajar al exterior en 2022
Foto: aeropuertos.net

A pocos días de terminar 2021, todos los ojos del mercado aerocomercial están puestos en lo que sucederá en 2022 respecto a las restricciones a los vuelos internacionales que disponga el Gobierno nacional. Las perspectivas no son buenas ya que los números del sector no son alentadores para los planes oficiales que está urgido en preservar los pocos dólares que hay de reservas.

Los motivos son diversos. El impacto de la cancelación del pago en cuotas de los pasajes al exterior no es significativo y la demanda se mantendrá sostenida respecto a los niveles actuales. Otro factor negativo para la estrategia oficial es la balanza comercial del sector. Pese a la apertura de fronteras, el flujo de turistas del exterior es muy bajo en relación con los argentinos que salen.

Hay un dato contundente. El 2021 va a terminar con un volumen de operaciones aéreas internacionales por debajo del registrado en 2020, un año en el que Ezeiza estuvo cerrado varios meses de cuarentena. La información surge del último informe de la ANAC, el organismo que administra  mercado aerocomercial.

Entre enero y noviembre del año pasado, hubo 6.088 vuelos al exterior y se transportaron 1.234.000 pasajeros, mientras que en igual período del 2021 los vuelos fueron 4.787 con 901.000 pasajeros transportados. Es cierto que este hecho merece una explicación.

En enero, febrero y parte de marzo del 2020, antes de desatarse la pandemia, la actividad fue 10 veces superior o más a los meses siguientes, tras el cierre aéreo por el tema sanitario. La diferencia obtenida en ese período normal hace que el 2020 se mantenga por arriba del 2021 que tuvo una apertura restringida en estos últimos 11 meses.

Si se analiza desde marzo a noviembre, las operaciones de este año están por arriba de las registradas en 2020, pero muy lejos de los meses prepandemia. Es por eso que en el acumulado no llegan a compensar el acumulado no llegan a compensar. De todas maneras, el dato es contundente: el Banco Central no puede soportar este año la demanda de dólares “turísticos” que es menor a la del casi inactivo 2020.

Para tener una idea de la crisis cambiara se puede comprar con 2019. En 11 meses se realizaron 22.807 vuelos internacionales (4.787 en 2021) y se transportaron a 5.046.000 pasajeros (901.000 en 2021). Es decir, hoy la actividad aérea es de alrededor del 20% de dos años atrás. Aún así, no hay dólares. 

El problema se agrava porque no está funcionando el plan del Gobierno de equilibrar la balanza con la llegada de turistas extranjeros. Según estiman las compañías aéreas, la relación actual es de un 80% de argentinos que viajan al exterior contra un 20% de extranjeros que vienen al país. Esto siempre hablando del mercado aéreo, más allá del turismo terrestre de frontera. La expectativa de que este desnivel se equilibre no son muchas ya que algunos factores no estarían jugando a favor.

Si bien la Argentina está barata para quienes tienen dólares o euros, la situación sanitaria mundial no mejoró lo suficiente para que se vuele con normalidad y tampoco parece que lo haga en 2022. Las nuevas cepas siguen causando daños en la actividad económica. Son pocos los turistas que se animan a viajar en estas condiciones a un lugar tan lejano como la Argentina por más beneficio económico que ofrezca.

Las posibilidades más concretas tiene que ver con turistas regionales. No es lo mismo en cuanto a poder económico. A esto se suma que el desaliento que se buscó con la la prohibición de vender pasajes al exterior en cuotas no tiene un efecto tan importante. 

La financiación sin interés, prácticamente, era acotada antes de la medida. Sólo Aerolíneas Argentinas tenía algunos planes atractivos o algún banco de segunda línea lo hacía, pero en plazos cortos. La mayoría de lo que se ofrecía era con interés y no muy atractivo. En el sector admiten que el viajero actual es de un nivel económico que no tiene inconvenientes de pagar en efectivo porque tiene ahorros en dólares. 

Un dato que lo refleja proviene de una compañía aérea de primer nivel – de las más importantes – que tiene casi todos los vuelos de salida de enero, prácticamente, vendidos. Le cuesta llenarlos de regreso. Esta situación general hace suponer que las dificultades que genera la salida de dólares por turismo no se solucionaron y estarán presentes en 2022.

La preocupación está centrada en saber cuántas aerolíneas estarán dispuestas a seguir operando en el país en estas condiciones. Es una incógnita saber cómo lo enfrentará el Gobierno y a qué medidas apelará para frenar el flujo emisivo.

También dependerá del posible acuerdo con el FMI que podría aliviar la situación financiera. Aunque esto tiene algunos elementos a tener en cuenta. Uno es que, aún con el acuerdo, muchos economistas estiman que el problema de divisas seguirá estando presente tanto como ahora. Otro punto es que aceptar el monitoreo del organismo internacional puede limitar el tipo de medidas que se apliquen. El Gobierno no tendría la libertad de actuar con la autonomía que lo hace ahora.

Todo este escenario presupone que el 2022 va a seguir siendo un año difícil para los que quieran viajar al exterior. Por precios y opciones, será una actividad para pocos. Cada vez para menos.

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