Torturaron y asesinaron a una chica de 17 años en un "telo" santiagueño

Cuando el hombre que atendía el hotel alojamiento entró a la habitación a la que un rato antes había ingresado la pareja, encontró a la chica en el suelo, muy golpeada, con quemaduras en las piernas y sangre en la zona genital. Eso fue el lunes. A la vida de Luciana Sequeira (17) le quedaban sólo tres días. Tres jornadas de agonía en un hospital. 

Ocurrió en Villa Atamisqui, en Santiago del Estero, una localidad que no llega a los 20.000 habitantes. Esa es la escena que se encontraron los efectivos policiales que investigan el décimo femicidio de esa provincia en lo que va del año. Y el sospechoso es un compañero de escuela de la fallecida que ya está detenido. 

El caso está a cargo de las fiscales Vanina Aguilera y Jesica Lucas, quienes interrogaron al dueño del "telo" y descubrieron que la última persona que estuvo con la chica fue precisamente el acusado, quien además es hijo de un funcionario policial. Por eso la jueza Sara Haron ordenó la captura de L.C, imputado por abuso sexual con acceso carnal y  probablemente también por femicidio.

Sobre este último asunto hay algunas dudas porque se descubrió que la chica tenía covid y ese detalle, aunque absurdo, podría darle argumentos a la defensa del presunto asesino. 

Quería ser policía

Se desconoce cómo fue que Luciana acompañó a este sujeto al hotel. Hasta donde se ha podido reconstruir la secuencia, la muchacha salió a hacer unos mandados junto con su prima pero en vez de ingresar con ella al súper, se fue a sacar unas fotocopias que necesitaba para la escuela. 

Ahora Luciana está muerta, víctima de la misma violencia machista que han sufrido en tiempos recientes al menos otras tres mujeres en la misma localidad de apariencia apacible.

Este viernes se sabrán los resultados de la autopsia: mientras, grupos como Ni una menos y vecinos de la zona recorren las calles de la ciudad en reclamo de justicia. 

Luciana cursaba quinto año de la secundaria. Le gustaba jugar a la pelota y esperaba terminar pronto la escuela para anotarse en la Policía. Su mamá, Graciela Barraza, ya perdió otros dos hijos en distintas circunstancias.