Cuadernos

Poderoso empresario de San Juan cayó por la causa de los cuadernos

Se trata de Hugo Dragonetti, de la firma Panedile. Es la causa en la que se investiga la cartelización de la obra pública durante el kirchnerismo.

viernes, 22 de febrero de 2019 · 14:49 hs

El empresario de la construcción Hugo Dragonetti fue detenido este viernes por orden del juez Claudio Bonadio. Dragonetti había sido indagado esta semana en la causa iniciada a partir del Caso Cuadernos en la que se investiga la cartelización de la obra pública durante el kirchnerismo. 

El empresario, propietario de la compañía Panedile, "es un polémico y viejo conocido de los sanjuaninos", según publica Diario de Cuyo. A mediados del 2017 hubo escándalo por la paralización de los trabajos en la Ruta 40 y por el despido de más de 200 empleados en la Ruta Interlagos. Muchos años antes, fue acusado de quedarse con 100 millones de pesos de los Diques Los Caracoles- Punta Negra, pero zafó.

Dragonetti se presentó este miércoles a declarar en la primera tanda de las 101 indagatorias que Bonadio fijó en el caso iniciado a partir de los arrepentimientos del ex presidente de la Cámara Argentina de la Construcción Carlos Wagner y el financista Ernesto Clarens.

Wagner había revelado el modo en el que a partir de los inicios del kirchnerismo se organizaron la licitaciones de obra pública para que fueran los empresarios los que dictaminaran qué compañía se iba a quedar con cada contrato. Puso al ex ministro de Planificación Julio De Vido como el hombre del kirchnerismo que planteó el esquema. A cambio de las obras las empresas tenían que entregar un porcentaje en coimas.

Wagner explicó que los pagos se hacían en las oficinas del financista Clarens quien ratificó aquella historia. Clarens aportó planillas con los pagos que hicieron las empresas de acuerdo desde la Dirección Nacional de Vialidad iban abonando los avances en las obras.

Entre los dichos de Clarens, Wagner y de otros arrepentidos más la información obtenida en el expediente, se llegó al llamado a indagatorias para 101 personas entre los que están empresarios y ex funcionarios del kirhcnerismo. Hoy tiene que declarar el empresario Ángel Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri y el lunes es el turno de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

La vinculación

Dragonetti, de la firma Panedile, había admitido cuando comenzó el Caso Cuadernos pagos a Roberto Baratta, el ex funcionario el ministerio de Planificación que había sido señalado por el chofer Oscar Centeno como el responsable del sistema de recolección de coimas. Dragonetti había dicho que eran aportes voluntarios para apoyar al gobierno en la organización de actos para sus campañas electorales. Dijo que los aportes los hizo de manera personal sin involucrar a nadie la empresa Panedile.

Según las listas de Clarens, la empresa Panedile había pagado una cifra cercana a los 3 millones de pesos. Dragonetti había declarado este miércoles ante Bonadio y había negado los pagos que Clarens le había atribuido. Además, señaló que a Clarens solo lo había visto en eventos sociales y que no tenía una relación.

De acuerdo con  fuentes judiciales, durante la investigación se detectaron unas 50 llamados entre Clarens y Dragonetti, hecho que habla de una relación que excedía los encuentros sociales.

Dragonetti fue detenido por efectivos de la Policía Federal en la calle Sargento Cabral al 800, de la Ciudad de Buenos Aires.

Por otra parte, ayer por la noche fue detenido en su casa de Barrio Parque el empresario Horacio Gustavo Ammaturo, quien según fuentes judiciales, fue aludido en las anotaciones de Centeno.

Los investigadores tardaron varios meses en determinar que la referencia que hizo Centeno a una entrega de dinero en determinado domicilio se correspondía con el empresario que fue detenido en las últimas horas.

La historia con San Juan

Según registró Diario de Cuyo, Panedile es una empresa que nació en 1947 de capitales italianos. Luego cambió de dueños hasta que en el año 2000 ingresó la familia Dragonetti, actual propietaria de la firma. En los primeros años sólo hizo tres obras, hasta que asumió Néstor Kirchner en 2003, donde de repente le adjudicaron una treintena de emprendimientos públicos, entre los que están las represas sanjuaninas.

Hugo Dragonetti fue subsecretario de Obras Públicas durante el tercer gobierno de Juan Perón y su sucesora y viuda, Isabel Martínez, y es un hombre al que le adjudican muy buenas relaciones con el exministro de Planificación Federal, Julio De Vido. Tanto que algunos empresarios sanjuaninos y de otras latitudes llegaron a sospechar que la empresa de Dragonetti perteneció al funcionario, algo que nadie hasta el momento pudo comprobar.

Su historia con la provincia es de amor y odio, todo a la vez: Panedile logró que le adjudicaran la construcción de los diques Los Caracoles-Punta Negra, cuando aún la idea era licitar los dos diques a la vez. Después, con los sucesivos problemas económicos de la provincia, allá por 2002 cuando San Juan debía hasta cuatro sueldos a sus empleados y todo podía estallar por los aires (de hecho así ocurrió), el empresario tuvo sus días de mayor estrellato público, los que se recuerdan hasta hoy: ofreció prestarle plata a la provincia de los fondos para los diques, como si se tratara de un trato entre almacenero y vecino.

Luego, en el absurdo más importante que se recuerde, condujo una marcha de obreros de la construcción hasta la Casa de Gobierno, maquinaria pesada incluida, para exigirle al exgobernador Avelín el pago a los empleados de la obra que él tenía adjudicada. Eso no fue todo: más tarde, el exgobernador Wbaldino Acosta, sucesor de Avelín, lo demandó por haberse quedado supuestamente con unos 100 millones de pesos de los diques, ya que sospechaban que Dragonetti había cobrado certificados de obras que nunca se hicieron. Curiosidades sanjuaninas: un informe del Tribunal de Cuentas concluyó en aquel momento que efectivamente la provincia le había pagado más de lo que la empresa había construido. La rareza la protagonizó después el exjuez Leopoldo Zaballa Pringles, ahora jubilado, quien justificó las diferencias entre plata pagada y obra construida al fallar que no había necesidad de pagar por los avances de obra, sino por un plan previamente pactado. ¿Resultado? Dragonetti zafó y nunca nadie supo qué pasó con los más de 100 millones de pesos de la suma y resta que hizo el Tribunal de Cuentas.

A pesar de esa historia y sólo por registros periodísticos publicados por éste u otros medios, se puede arriesgar que Panedile tiene a su cargo una gran cantidad de obras: la Ruta 40 Sur ($720 millones), el perilago del dique Punta Negra ($1.100 millones), el Teatro del Bicentenario ($700 millones), Los Caracoles (409 millones de dólares), Punta Negra (450 millones de dólares) y El Tambolar (900 millones de dólares). Todas obras adjudicadas o negociadas (dos diques no fueron a través de una adjudicación) durante el kirchnerismo.