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Mónica Souza: belleza metálica de una virtuosa en constante ascenso

Este martes se abre en el Intercontinental, como extensión de las Salas de Arte en Libertad de Guaymallén, una muestra de Mónica Souza, con pinturas de Susana Villegas y la música de la Coral Guaymallén.

domingo, 17 de febrero de 2019 · 14:47 hs

El martes 19 a las 20, en el Hotel Intercontinental, como extensión de las Salas de Arte En Libertad de la Municipalidad de Guaymallén, quedará inaugurada la muestra de piezas elaboradas por la escultora Mónica Souza. Se trata de una virtuosa en constante ascenso, que no para de crear, que estudió Dibujo y Pintura en el Conservatorio Fraccassi. A los 18 años ingresó a la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Cuyo y desde el 2008, expone diferentes trabajos artísticos a nivel provincial y en municipios. Desde el 2010 y hasta la actualidad trabaja en la realización de escenografías, utilería mayor y menor, en distintos eventos culturales.

Recientemente ha sido seleccionada por la Municipalidad de Maipú “Escultura Monumental para Parque Metropolitano” con unas de sus obras.

El acto inaugural del martes incluirá la participación no solo de la artista, sino la presencia musical de la Coral Guaymallén, dirigida por Javier Rodríguez. Las obras pictóricas de Susana Villegas terminarán de darle un entorno mágico a la exposición, que tiene entrada libre y gratuita y permanecerá abierta hasta abril.

La mujer de los colibríes metálicos, pequeños y gigantes

Una de las obras de Souza.

El colibrí o picaflor es la presencia constante en la obra de Souza. “Anidar es un acto de fe y esperanza", ha plasmado en su material y sus palabras. Presentes en numerosos cuentos, mitos y leyendas indígenas de América, el colibrí se ha convertido en una constante simbólica y estética del arte precolombino. ”Ellos, los dioses, tomaron una piedra de jade y tallaron; era una flecha muy chiquita. Cuando estuvo lista, soplaron sobre ella y salió volando. Todos llevamos a hutizilopochtli dentro de nosotros, en nuestro lado izquierdo En lengua náhuatl, el colibrí fue llamado Huitzilin o huitzil; siempre en movimiento como nuestro corazón. Opocthli se traduce como "lado izquierdo". Se trata de una metáfora que alude a nuestro corazón: así como el colibrí puede volar hacia los seis rumbos del universo, también es en nuestro corazón donde se alberga la fuerza de voluntad que nos dicta hacia qué rumbo queremos llevar nuestro destino. Hutizilopochtli es la conceptualización de la fuerza de voluntad, de la capacidad de decisión y determinación de un individuo o de un pueblo. Sus plumas brillan bajo el sol como gotas de lluvia y reflejan todos los colores; ellos son una invitación a anidar en el interior de uno mismo, para luego volar alto y libres", señala su presentación.